La transición a energías renovables no solo representa un beneficio económico, sino también un impacto ambiental significativo. En México, la generación de electricidad aún depende en gran medida de combustibles fósiles, lo que contribuye a la contaminación y al cambio climático. En este artículo, exploramos cómo la energía solar ayuda a reducir nuestra huella ecológica.
Reducción de emisiones de CO₂
Cada kilovatio-hora (kWh) generado por energía solar evita la emisión de aproximadamente 0.5 kg de CO₂ a la atmósfera. Un hogar con paneles solares puede reducir su huella de carbono en más de 2 toneladas de CO₂ al año, lo que equivale a plantar 100 árboles anualmente.
Menor dependencia de combustibles fósiles
México sigue generando más del 70% de su electricidad a partir de fuentes no renovables. Al optar por la energía solar, reducimos la demanda de combustibles fósiles y promovemos una transición hacia una matriz energética más limpia y sostenible.
Ahorro de agua y recursos naturales
Las plantas termoeléctricas utilizan grandes cantidades de agua para su operación. En cambio, los sistemas fotovoltaicos no requieren agua para generar electricidad, ayudando a conservar este recurso vital.